재민 Jaemin.
The Cutest." Jaejoong no sabe cómo llego a esto exactamente. Fama, dinero, deudas,amor, todo gracias a Shim Changmin de TVXQ. "
Capítulos: (1) (2) (3) (4) (5) (6) (6-2) (7) (8)
Changmin In Love. "Mi corazón late rápidamente. Él esta cerca... sus labios. Si tan sólo no fuerami hyung (un hombre, veintisiete años, sexy, no me ama) por quien llevo estos sentimientos, entonces yo lo besaría apasionadamente."
Capítulos:Parte 1
HelloGoodbye ♔
Capítulos: (1) / Editando...
~
MinjaeViñeta.Advertencia: cursi,eso.
Kiss in the rain between the darkness
Minjae.
¿One shot?
Advertencia: Violencia, cursi, historia wtf.
June,10. (Yunjae)
Titulo: The Cutest.
.Resumen:" Jaejoong no sabe cómo llego a esto exactamente. Fama, dinero, deudas,amor, todo gracias a Shim Changmin de TVXQ. "
Capítulos: (1) (2) (3) (4) (5) (6) (6-2) (7) (8) (9) (10)
♥
J a e min is s o u l f ighter is love.
Capitulo 2.
Diez millones de dólares.
¿Era alguna clase de broma?
Era demasiado dinero. Más de lo que ganaría en toda su vida. No podría
conseguir ese dinero nunca. Aún vendiendo todas sus cosas, las cuales no valían
ni siquiera la decima parte de las botas que estaba usando ese castaño.
Por su mente, cruzó la idea de escapar, a otra ciudad, otro país pero
después lo reconsideró. ¿Por qué rayos haría eso si él no lo habia robado? Pudo
haberle pasado a cualquiera, incluso a ese niño rico.
Pero ni siquiera se atrevía a abrir los ojos, aunque hubiese despertado
hace rato. Debería fingir estar en coma, pero que fuese a causa de un desmayo
era completamente increíble y menos si este se debía simplemente a no haber
comido bien los últimos días.
Sólo sabe que habia diez millones de dólares en ese bolso, que por
cierto, le robaron. El chico que conducía a su lado podría meterlo a la cárcel,
y que EunJae estaría molesto.
Tantos problemas para alguien que es inocente. Jamás, en toda su
patética vida, por más que no hubiese comido en casi una semana, habia robado.
Aunque hubiese caído realmente bajo en lo que hacía para poder sobrevivir,
nunca cometió un crimen.
¿Iría a la cárcel de esa forma? Bueno, al menos en la cárcel les daban
comida…
—Sé que estas despierto.
Su ritmo cardiaco se detuvo.
—Vamos, dime donde está tu casa— escuchó la voz modulada.
JaeJoong se armó de valor, abrió los ojos para después ahogar un jadeo
de sorpresa.
Su cuerpo estaba envuelto por una delgada sábana blanca.
— ¿Q-que es esto? —Susurró reincorporándose en el asiento copiloto.
—Este sucio. ¿Piensas que te dejaría subir así? — JaeJoong intentó
quitársela liberando un brazo, ChangMin lo detuvo tomando su mano. —Si lo
haces, tendrías que salir inmediatamente.
—No estoy sucio, me bañé esta mañana —siseó frunciendo el ceño.
—Como sea, sucio o no, nunca he subido a nadie a mi auto. Deberías estar
agradecido de subirte a este hermoso Volvo — ChangMin quien tenía la vista fija
al frente, le miró con resentimiento y ordenó: — Dime donde está tu casa.
— ¿Para qué quieres saber? ¿No voy a ir a la cárcel?
— ¡Ah! —Exclamó el menor —Así que admites haberlo robado.
— ¡No! Ni siquiera sabía que tenias ese cheque en tu bolso — Ni siquiera
habia abierto la billetera, ni siquiera lo tuvo por más de diez minutos.
JaeJoong hizo su cabello hacia atrás, con su rostro frustrado. Debió haber
dejado que EunJae hyung fuera a buscar al sujeto que robó el bolso.
Así hubiera evitado esto.
Envuelto en una sábana hasta el cuello, en un auto caro, debiendo diez
millones de dólares. Parecía más una pesadilla provocada por LSD.
— ¿Y bien? — Apremió el otro. — Iremos a buscar mi cheque, seguramente
debes tenerlo escondido por ahí.
JaeJoong a punto de responder, cayó, dándose cuenta de algo. No podría
traer a este tipo con EunJae, su hyung podría malentender y molestarse.
—Yo…— Desvió la mirada. — Yo… no tengo casa. — respondió, aunque no
fuese del todo una mentira.
—No te creo, dijiste que te habías bañado ¿No? ¿Dónde si no en tu casa?
— apuntó.
—Hay saunas donde puedes bañarte. Lo hago a menudo desde qué… ya no pude
pagar el alquiler. — mintió.
ChangMin le miró aún sin creérselo por completo. Por casi un minuto
ambos se observaron mutuamente.
JaeJoong con algo de miedo pues después el castaño habia comenzado a
reírse estrepitosamente mientras aplaudía.
— ¡JAJAJAJAJA! ¡ESTO ES PERFECTO!
— ¿Lo es? — preguntó extrañado, sin entender el sarcasmo.
—No voy a tener dinero por todo un año. ¿Cuál es el problema
después de todo?
JaeJoong tragó saliva, ChangMin se habia desquiciado. Por más agradable
que resultara ver esa mueca con sus ojos chocolate asimétricos. Era una risa histérica. El castaño limpio dos pequeñas
lágrimas con su dedo índice.
Se habia estacionado frente a un local de postres.
—Ahora vuelvo. — murmuró, después de ajustar la sábana, más bien
amarrando ambos brazos de JaeJoong con una de las esquinas.
JaeJoong estupefacto ni siquiera opuso resistencia.
Minutos después regresó el menor con una pequeña caja rosada. Como las
que se veían en los comerciales.
—Es pastel helado. — dijo mientras la abría y despegaba el tenedor de
plástico. — Te daría un poco, pero me caes mal.
JaeJoong jamás en su vida habia comido pastel, ni helado, ni nada de
esas cosas. Una vez al mes comía comida coreana, pero generalmente lo que comía
era ramen, arroz, acelgas, espinacas… una vez EunJae le regaló un paquete de
galletas de chocolate, así que debería saber algo parecido a eso. JaeJoong
volteó la cabeza cuando el aroma dulzón penetro su nariz. Comenzaba a hacérsele
agua en la boca.
¿ChangMin estaba torturándole?
El menor estaba levemente sorprendido. Si él estuviera en el lugar de
ese pobre diablo definitivamente no lo soportaría.
¡Era pastel helado!
Le miró como si fuese un bicho raro.
—Eres extraño…— comentó. — Bueno, no importa. Dejemos esto claro. Me
debes diez millones de dólares.
—Sí. — susurró el pelinegro. Esas palabras aún parecían irreales, sin
embargo provocaban el mismo temor.
—Tienes una gran deuda ¿eh? Y es imposible pagármela ahora ¿o me
equivoco?
—Obviamente. — JaeJoong puso los ojos en blanco.
—Esto es lo que haremos: — ChangMin dejó a un lado la caja rosado. —
Tienes una pequeña salvación. Una pequeña, pequeña salvación. — Levantó su mano
derecha, juntando su dedo índice y el pulgar.
JaeJoong asintió, esta vez, completamente atento a sus palabras.
—Si contacto con ese abogado y le digo lo sucedido tal vez me dé una
forma de cobrar el dinero sin necesitar el cheque que tú te robaste.
— ¡No me lo robé! — exclamó pataleando muy apenas.
—Shh— ChangMin hizo ademán de calmarlo. — Mientras tanto, no puedo
perderte de vista. — Pausó sus palabras, adoptando una expresión pensativa —
Así que…
Con lentitud tomó un mechón de cabello negro de JaeJoong, quien se
estremeció un poco por la cercanía.
El castaño parecía examinar algo, después tomó ambos lados del rostro de
JaeJoong, inclinándose un poco, pasó sus delgados dedos sintiendo la textura de
la piel blanca.
“Suave” pensó ChangMin. — Bien…— murmuró para sí mismo.
Se acercó un poco más, oliendo el cabello del chico que le miraba como
si estuviera loco. ChangMin hizo una pequeña mueca. — No hueles tan mal. Con un
buen baño podrías cambiar para bien. Tienes algunos detalles mínimos pero…
JaeJoong le dio un tic en su ceja derecha. ¿Ese niño rico estaba
hablando de él como si fuese un objeto?
—No estás tan mal. — Si, lo estaba haciendo.
—Gracias. — dijo sarcástico.
—Bien, mientras te quedarás en mi casa. No pareces estar tan sucio así
que te dejaré. ¿Perfecto para ti, verdad? No tienes casa, la mía es un techo
para poder sobrevivir a la fría noche y esas cosas que piensan ustedes. —
JaeJoong estaba seguro, el tipo habia enloquecido.
— Pero solo será mientras hablo con el abogado, y a ti te tendré
vigilado mientras buscas al ladrón — Hizo unas comillas con sus dedos— en dado
caso en que no llegué a ningún acuerdo con él, pero tu recuperes el cheque no
pasará nada. Pero si ninguna de las dos cosas funciona, bueno… pues….
ChangMin sonrió amistosamente, sus ojos redondos se volvieron dos medias
lunas asimétricas.
—Morirás en mis manos. — terminó ampliando su sonrisa.
JaeJoong le miró sorprendido con la boca abierta. ¿Por qué de todos los
clientes del club tuvo que tropezar con el que estuviera desquiciado?
Comenzó a negar con la cabeza. — No, no puedo vivir en tu casa y…
— ¿Ah? ¿Entonces quieres pasar directamente a la parte en donde te
asesino y vendo tus órganos para recuperar mi dinero?
—Estás loco. — susurró.
—Vale, no te mataré. — ChangMin puso los ojos en blanco. — Pero de una u
otra forma tendrías que pagarme, créeme qué prefieres la opción que te dí antes
que tenga que llamar a la policía.
Oh, eso no es escuchó bien para JaeJoong.
— ¿Tiene que ser en tu casa? — preguntó.
De ser así, ¿Qué haría con EunJae hyung? Dejando eso ¿realmente iría a
meterse en la casa de un desconocido de nuevo? Al menos su hyung habia
resultado ser un tipo más o menos decente. Pero este Shim ChangMin aunque fuese
algo gracioso, en realidad parecía un inestable por momentos.
— ¿Dónde más? Si tú no tienes. No puedo rastrearte todo el tiempo si
vives en la calle y además tienes ese trabajo tan lejos de aquí… Te conseguiré
un trabajo nuevo… tal vez YooChun me ayude con eso.
JaeJoong observó incrédulo como ChangMin sacaba un lujoso celular y
comenzaba a marcar un número. De verdad estaba hablando en serio. Esto estaba
fuera de lugar, no podía simplemente decir que sí.
Además ¿Cómo encontraría al sujeto que le robó el bolso? Es cierto que
vio su rostro pero para empezar, buscarlo era peligroso. JaeJoong recordó al
sujeto desgarbado, no más de treinta años, un piercing en la ceja derecha,
pelinegro y de piel oscura con ojos pequeños. Un típico carterista de su
barrio. Tendría que regresar por la noche al mismo lugar y buscarlo por sus alrededores.
Comenzando a pensarlo seriamente, ir a la cárcel de verdad empeoraría
todo. Caería aún más bajo que ahora, sin mencionar de lo que se hablaba de la
prisión.
Si era difícil sobrevivir en la calle, en la prisión estabas muerto.
Un escalofrío recorrió su espalda.
—Sí. — dijo impulsivamente. — Lo haré.
ChangMin no lo escuchó.
— ¿YooChun? ¿Aun estas en clases? ¿Me haces un favor? ¡Hey no estoy
haciendo nada sucio! No fue por eso que no llegué a clases. — JaeJoong creyó
ver extrañado como esos pómulos altos se sonrojaban. — ¿Me ayudas o no?
JaeJoong desvió la mirada de ChangMin al darse cuenta que estaba
observándolo muy detenidamente, decidió hace un segundo intento por liberarse
de los agarres en sus manos. Estaba atado como si tuviese una camisa de fuerza.
“Y el loco es él…” pensó irónico. Volvió a prestar atención
a lo que decía el castaño.
— ¿Y es cerca de mi casa? — ChangMin tomó la pequeña caja de nuevo.
¿Cómo demonios podía hablar tan perfectamente mientras se llenaba la boca de
nieve? — No me importa si la paga es buena. — Con la mano que sostenía el
tenedor, alzó su pulgar arriba hacia JaeJoong — Después de todo debían pagarle
una miseria en ese club ¿no viste su ropa? Ni siquiera me recuerdes su cabello.
El pelinegro tuvo unas ansias incontenibles de golpearle, aún más de las
que ya sentía.
—YooChun, voy a estar manteniéndome de las tarjetas de crédito por un
buen tiempo, luego te cuento… ¿eh? ¿Cómo quieres? ¿Qué? ¡Fue peor pedirte un
favor! ¡Nunca se te puede pedir algo! ¿Verdad? ¡Está bien! ¡Realmente! ¡GRACIAS
Y ADIOS, IDIOTA!
ChangMin colgó, dejando su celular en la guantera, suspiró. Parecía
frustrado, pero según JaeJoong parecía estar a punto de romper el tenedor.
—Ese YooChun…. — masculló por lo bajo. Dio otro bocado de nieve, el frio
le hizo sacudir un poco su cabeza como si eso disminuyera la sensación helada
en ella. — Al menos tienes trabajo. — comentó.
—No te lo pedí…
—Es de medio tiempo, pero te pagarán el doble que en el club ese. — Hizo
un gesto despreocupado. — Hay algunos requisitos mínimos.
Dándose por vencido, preguntó: — ¿Y qué es?
— Ahm… ¿Conoces los Starbucks?
— ¿Estarde booggs?
— ¿Has trabajado en cafés, no? Eso es un Starbucks.
— Ahh...
—Bien, dejemos eso de lado. Solo tienes que arreglar tu apariencia,
actuar amablemente… demasiado amable — murmuró para sí mismo más que para
JaeJoong. — y hacer de camarero, es fácil. Consentir al cliente, tú sabes. Le
sirves el café y sonríes.
—Entiendo…creo.
—Te explicaré mejor más tarde. Empiezas pasado mañana. Así que tenemos
el día de hoy para cambiar un poco tu apariencia para esta noche.
— ¿Esta noche?
—YooChun me dio como condición para darte el trabajo que te llevara a la
cena de caridad de su familia. Tendré que comprarte un buen traje y un corte de
cabello de verdad. — ChangMin levantó un mechón del cabello negro que cubría el
cuello blanco. — El cabello me va a salir más caro.
— ¡Hey!
—Vamos… no te quejes… vas a terminar debiéndome más ¿Qué importa
comparado a diez millones? — JaeJoong hizo un gesto angustiado “Diez millones”
comenzaba a sentir un trauma cada vez que lo escuchaba. ChangMin encendió el
auto de nuevo. — Tal vez te quede uno de mis trajes…
Murmuró pensativo.
Después de un par de minutos, el volvo dio vuelta en una concurrida avenida
llena de negocios. Se adentró a una calle y el paisaje cambió a grandes casas.
Esas residencias perfectas con colores similares.
Se detuvo en una de las casas más grandes en la esquina, tres pisos,
colores beige con barandales negros.
—Aquí es. — ChangMin bajó del volvo. Lo rodeó y abrió la puerta del
copiloto.
JaeJoong aunque lo intentó, no pudo moverse. Envió una mirada obvia a
ChangMin. El menor pasó una mano por las rodillas y otra por su espalda,
cargándolo rápidamente hasta situarlo fuera del vehículo. Después lo situó de
pie y deshizo el agarre en las manos de JaeJoong.
—Pudiste haberme soltado dentro. —murmuró JaeJoong mientras le devolvía
la sabana.
— ¿Y qué pisaras la alfombra con esas cosas? — Señaló los viejos
converse que llevaba puestos antes de sacar las llaves de sus bolsillos.
JaeJoong rodó los ojos. — Tíralos antes de entrar.
Cuando entró a la casa de ChangMin supo que estas clases de verdad
existían. Un reluciente piso de madera claro, las paredes blancas con
tonalidades grises y aquellos lujosos y caros muebles de diseñador.
De repente el menor llegó con un pequeño control blanco y lo apuntó a un
extraño aparato colgado en la pared.
Un liguero sonido y la habitación comenzaron a cambiar de temperatura.
—Wow… — ChangMin observó a JaeJoong volverse hacia él con asombro en
esos grandes ojos oscuros. — ¿Qué acabas de hacer con eso?
—Es un control, apuntas, enciende, enfría. — ChangMin elevó los hombros.
— ¿No lo conoces?
—Una vez tuve un calentador que tambien cambiaba la temperatura. — El
menor suspiró no creyendo que de verdad estuviesen teniendo una conversación
así.
—Como sea. — entró a una de las habitaciones y regresó con un par de
toallas. — Date un buen baño. No es que apestes pero… ¿por favor? — apuntó a
una puerta blanca.
JaeJoong frunció el ceño, no se bañaba con agua helada solo para que le
dijeran que seguía sucio. Tomó las toallas que le eran ofrecidas y entró.
Antes de desvestirse. ChangMin entró sobresaltándole un poco.
—Ten. — le entregó una botellita lila. — Tu cabello esta algo
maltratado… ahm… esto te ayudará. Tomate tu tiempo, intenta quedar muy limpio.
— Antes de salir se acercó a la bañera y nivelo la temperatura del agua a
tibia. — Listo.
JaeJoong se quitó sus ropas, olisqueándolas. Era cierto que no olían
delicioso pero no era como si el jabón que usaba oliese tan mal. Bien, en
realidad. La ropa olía a cloro, pero era el único que completaba.
Al darse la vuelta se sorprendió, era un enorme espejo de cuerpo
completo con un marco dorado muy elegante, tan grande como la pared de donde
colgaba. JaeJoong rápidamente entró a la bañera, algo apenado, nunca se habia
visto desnudo a sí mismo en un espejo tan grande…todo su cuerpo. Se dio cuenta
que ya no era un esquelético muchacho como cuando vivía en la calle.
Comenzó a lavar su cabello con el liquido que le habia dado ChangMin.
Olía delicioso. Decidió enjuagarlo hasta último. Después de eso tomó una
extraña esponja rugosa y se talló a conciencia con la espuma ocasionada por la
sustancia en un botecito naranja. No dejo de tallar hasta ver como su piel se
enrojecía.
Se enjuagó completamente, una sensación refrescante a menta en su
cuerpo.
Enrolló una toalla en su cabello y se puso la bata, con cierta timidez
abrió la puerta color blanca pero solo asomó su cabeza mojada.
Estaba a punto de decir que ya habia terminado, cuando visualizó a
ChangMin caminar rápidamente por el pasillo con sus desgastadas ropas.
¿Cuándo habia entrado al baño que no se dio cuenta?
— ¡¿Hey, que haces?! — le gritó cuando el menor salía. JaeJoong salió
completamente del baño para seguirlo cuando regresó con las manos vacías. —
¿Qué hiciste con ellas?
ChangMin le miro como si fuese obvio. — Las tiré. ¡Oh, si te ves más
blanco!
Ambos se vieron uno al otro por un largo momento.
—Es lo único decente que tengo.
—Por favor. — ChangMin rodó los ojos. — Sígueme.
*
* *¨.*
— ¿Es en serio? — preguntó JaeJoong mientras se veía en el espejo.
Llevaba un pantalón corto un poco más arriba de las rodillas y una
sudadera negra de NII.
— ¿Y ahora qué?
—Esto es demasiado caro. ¿De verdad me estás dando todo esto? — Le vio
asombrado. ChangMin estaba recargado en el marco de la puerta, detrás de
JaeJoong quien se veía en el enorme espejo del baño.
El castaño asintió: — Sí. No te preocupes, me vas a dar tu paga quincenal.
Eso lo compensa y tal.
—Entonces lo estas vendiendo…no--
—Casi te lo estoy regalando. —ChangMin se encogió de hombros. — Es un
buen descuento.
JaeJoong estaba a punto de decir algo a eso cuando el menor apagó las
luces de la habitación.
— ¿Ya no vamos?
Asintió inseguro. — ¿A dónde exactamente?
—A deshacernos de ese look de Blancanieves. — ChangMin le pasó un par de
balerinas a JaeJoong. — Aunque aún no entiendo… — Ambos caminaron hasta el
lobby, tomó las llaves de su volvo.
— ¿Qué? No he tenido tiempo de cortarlo.
—No me refiero a eso. ¿Por qué YooChun querría que vinieras a nuestra
cena si ni siquiera te conoce?
El pelinegro recordó como ese tal YooChun habia malentendido todo por la
mañana. Se sintió un poco nervioso de que aquel muchacho quisiera hacer de
Cupido o algo por el estilo.
—No sé.
—Como sea, vámonos.
Esta vez ChangMin no obligó a JaeJoong a que se enredara en la manta
blanca para no ensuciar su Volvo. Habia insinuado a que se metiera en la
cajuela del auto, pero al ver la mirada de “prefiero caminar” de Kim tuvo que
dejarlo entrar. Descalzo, por supuesto.
—Al menos estas limpio ahora. — murmuró ChangMin a la vez que encendía
el volvo.
JaeJoong sólo puso los ojos en blanco, rogando por paciencia.
— ¿Y porque tenias esa manta aquí? — preguntó después de unos
silenciosos minutos.
—A veces me da frio. — elevó los hombros.
*
*
*
— ¡NO! ¿Estás loco? Ni en un millón de años me teñiré el cabello.
—Vamos, vamos, solo era una sugerencia. — susurró ChangMin mientras se
sentaba en una da las sillas de la peluquería. La dependiente miraba con
incomodidad la pequeña discusión sin saber qué hacer.
—Dije que no.
—Te verías mejor. No tan pálido. ¿Verdad que un castaño se vería bien en
él? — le preguntó a la chica. — Se ve bien en mí.
—Venimos a cortarme el cabello. Ni siquiera quería cortármelo.
—Bien, bien… sólo haga un buen corte por favor, que no parezca princesa
de Disney. — Le indicó. JaeJoong estaba a punto de contradecirle cuando se vio
en el espejo, era verdad, su cabello se ondulaba en las puntas que llegaban
casi a los hombros, su cabello era casi parecido a Blancanieves.
Al final de todo. ChangMin también se hizo un corte, dejándose un
flequillo uniforme cubriendo la frente y con el cabello más corto en la
parte de atrás. También se tiñó el cabello a color negro.
— ¿No decías que el castaño era mejor o algo así? — le preguntó JaeJoong
mientras caminaban por las calles de Insa-dong
—En mi se ve bien el negro o el castaño por igual. — respondió indiferente,
con su atención en busca de algún lugar para comprar algo para comer.
JaeJoong le miraba de reojo. Tentado en salir corriendo en cualquier
momento, escapar del extraño chico que podría enviarlo a prisión, aunque
claramente su intención nunca habia sido el robarle. ¿Pero quién le creería? Se
notaba que ChangMin era una persona importante. Su casa estaba llena de
premios, reconocimientos, e incluso tenía algo así como discos de oro.
No podría asegurar si fuese algún artista o algo así, aunque tuviese
toda la apariencia de ser uno. De cualquier forma estaría seguro que nadie le
creería si decía que no habia sido su intención perder diez millones de
dólares.
El plan que le habia propuesto, o más bien, impuesto ChangMin era su
mejor opción.
Tendría que pedirle ayuda a EunJae hyung para encontrar al tipo que
habia intentado…
— ¡EunJae! — recordó. Tenía que haber regresado hace más de dos horas. Y
eso no era lo peor, tenía que pensar en que excusa que decirle para ya no vivir
en su departamento. — Tengo que irme, ChangMin-ssi. ¿ChangMin?
El menor no estaba por ningún lado de la transitada calle. Caminó
lentamente hacia atrás, reconsiderando el escapar del ahora pelinegro. Sin
embargo, fue peor hacer eso, al no ver por dónde iba chocó de espaldas contra
ChangMin haciendo que este tirara la brocheta de pescado al suelo.
—Ahora no solo me debes una fortuna, si no el almuerzo. — comentó
tranquilamente el más alto.
JaeJoong aún no se recuperaba del susto, sin embargo, no pudo evitar
preguntar: — ¿Y el pastel de esta mañana?
—Por favor, ese no fue un pastel tan grande. Solo fue un bocadillo para
abrir el apetito. — ChangMin movió desinteresadamente la pequeña brocheta con
la punta del pie. — Vamos a comprar otra cosa entonces.
El mayor estaba a punto de excusarse para marcharse de ahí cuando un
fuerte ruido provino de su estomago.
— Alguien tiene hambre. — comentó ChangMin. — Vamos, no soy tan mala
persona… te compraré algo ¿sí? — El menor señaló un pequeño restaurante con
aires parisinos en la esquina. — Hay buena comida ahí.
El edificio tenía algunas mesas para comer afuera. ChangMin se sentó en
una de ellas, seguido por JaeJoong. Enseguida el mesero le entregó a ambos los
menús.
— ¿Qué quieres ordenar? — preguntó.
—No entiendo mucho, todo está en ¿italiano?
—Entonces escoge el nombre que te guste más ¿u ordeno por ti?
—Por favor. — susurró JaeJoong algo apenado, dejando su menú de lado.
ChangMin le dijo dos nombres raros al mesero, con una reverencia el señor se
retiró.
En los segundos siguientes hubo uno de esos incómodos silencios.
JaeJoong comenzó a hacer ruido con los dedos en la mesa justo al mismo tiempo
en que ChangMin lo hacía.
Ambos se detuvieron inmediatamente, bajando sus manos.
JaeJoong suspiró.
Tres minutos más y se sentían aún más incómodos.
—Y… ¿al menos el corte me queda bien? — preguntó finalmente el mayor.
Habia recargado su barbilla en la palma de su mano, totalmente aburrido.
—Decente. Tu rostro se ve diferente. No te preocupes, podrás pasar como
una persona normal en la cena.
—Ah gracias. — respondió sarcástico.
—De nada.
—…
—Esto…
— ¿Sí?
—Esto es extraño… Estoy invitando a comer al ladrón de mi herencia, ya
sabes.
—No me lo robé. Jamás le he robado nada a nadie, ChangMin-ssi.
—Es verdad, no pareces un sujeto peligroso. — comentó pensativamente el
menor. —Pero las apariencias engañan— puntualizó mirándole sospechosamente.
—Pues en tú caso, no. Eres exactamente lo que pareces ser… — se apresuró
a decir sin pensar.
Sus palabras hicieron reír a ChangMin. — ¿En serio? ¿Y que se supone que
soy, entonces?
—Am… ¿un pequeño mimado? Uno de esos niños ricos que lo tienen todo.
¿Quizas? Es decir. ¿Quién a tu edad tiene diez millones de dólares?
ChangMin sólo elevó los hombros, siguiendo el juego —: Por supuesto. —
murmuró. — Sólo se te escapan ciertos detalles, como que nunca conocí a mis
padres y am… por cierto, son sesenta millones, no diez. ¡Pero es divertido eso
de “pequeño mimado”!
Soltó una pequeña carcajada, mientras el mesero le servía una copa de
vino.
JaeJoong abrió los ojos sorprendido. — ¿Tienes más dinero?
—Sí. Pero ni siquiera pienses en robármelo. Es imposible, están en un
banco del extranjero justo ahora. Un pobre ladrón de baja categoría como tú no
podría efectuar un robo maestro como ese.
—No lo robé ¿es tan difícil de entenderlo? — JaeJoong alzó la voz,
exasperado por las veces en que ChangMin le llamaba ladrón. — Fue tan sólo mala
suerte. Justo tenías que tener un bolso igual al mío, teníamos que
intercambiarlo accidentalmente y tenían que robármelo precisamente.
—Cierto o no. Eso no me importa. Escucha, Blancanieves. —ChangMin le
señaló con el dedo, de forma amenazante. — Es muy difícil que recupere ese
dinero sin el cheque. Y no pienso darle el gusto a mi hermana de que ella pueda
cobrarlo, porque estoy seguro de que esa víbora moverá a todos sus contactos
para obtenerlo. Asi que no pienses que te libraras de esto fácilmente. Necesito
que recuperes ese cheque como puedas.
—Pero…
—Y no pienso dejar que te escapes corriendo o algo así. Te mantendré
vigilado, asi tenga que esposarte a mí.
— ¿Entonces como piensas hacer que voy a encontrar ese cheque si vas a
tenerme esposado?
—No es en sentido literal. — ChangMin rio. — Mañana regresaremos a ese
lugar donde “te asaltaron” y buscaremos al sujeto que se llevó el bolso.
Los dos chicos se observaron con los ojos encendidos, como si de una
batalla se tratara.
—Esto es estúpido.
—No me importa, quiero mis diez millones este año.
— ¿Qué? — JaeJoong abrió los ojos aún más. Enojado. — ¿Eres un enfermo
del dinero? ¿Ah?
—Es para largarme a otra parte. — El menor de repente dejo de mirarlo
con desdén. — Es... importante...para mí.
JaeJoong no pudo decir nada a eso, las dos lasañas estaban ya servidas
en la mesa y ChangMin ya habia comenzado a comer. Pero lo que realmente lo dejó
sin palabras fue el intenso sonrojo en las mejillas del menor.
Se removió incomodo en su asiento, no sabiendo si era correcto empezar a
comer algo que no habia comprado por él mismo.
ChangMin sin dejar de mirar su plato le dijo atropelladamente. — Come o
se enfriará.
Tímidamente, tomó el tenedor y el cuchillo. Imitando los movimientos de
ChangMin, cortó un trozo de la lasaña con verduras. Justo antes de comerlo se
escucharon algunas exclamaciones de sorpresa.
El sonido de una motocicleta deteniéndose lentamente no le llamó
la atención.
Sin embargo, la voz de su hyung le cortó la respiración. Un escalofrío
recorrió su espalda.
Justo ahora sus problemas habían aumentado.
—JaeJoong. ¿Qué estás haciendo?